Una golondrina rayando el cielo.
Tanta música en los bosques.
La humedad de un látigo de sauce.
Sus lágrimas, su aspecto acongojado.
Una hilera de palomas idénticas
sosteniendo el alero de un tejado.
Una estatua más hermosa mutilada.
Un balcón que se descuelga quejumbroso.
El rocío, los charcos, las ranas.
Las estampillas que van y vuelven
cargadas de promesas.
Un callejón vacío y en el fondo
no tanto, en último plano
la primera estrella de la noche.
El frío de un limón que me desgarra.
La arena que llena tu busto dormido.
La imperfecta pieza de cuarzo salvaje
en que te miro. Tus sonrisas varias.
No entiendo, no entiendo nada.
Vamos a ver. ¿Para qué
tantas cosas inútiles?
¿Cómo justifican su existencia?
No entiendo esta infinita
variedad de sutilezas.
que acabo de herir, la sangre que brota
de mi labio partido, partidos
tus muslos, tu humedad, partida
tu y lejos.